Power & Market

Consumidores y productores pagan los aranceles junto con los contribuyentes

Imaginemos una empresa que vende un producto —cuyos costes de producción son de 2 onzas (oz.) de oro— únicamente a EEUU, que aplica un arancel del 10% a la importación. La empresa estima correctamente la demanda agregada de su producto de la siguiente manera:

Obsérvese que el lucro de la empresa por el producto en cuestión se maximiza al precio de 3,2 oz. de oro (fila amarilla). A ese precio, la empresa puede vender 11.500 unidades en los EEUU, por las que debe pagar 3.680 oz. de derechos de importación, y obtiene 10.120 oz. de lucro.

Supongamos ahora que el gobierno aumenta los aranceles de importación del 10 al 25 por ciento. En este supuesto, la empresa maximiza sus lucros con un precio de 3,5 onzas, al que puede vender 8.500 unidades, pagando (con la nueva tasa arancelaria del 25%) 7.437,5 onzas de aranceles y obteniendo 5.312,5 onzas de lucros.

¿Cuáles son las consecuencias inmediatas del aumento de los aranceles? La empresa aumentará el precio y reducirá la producción para alcanzar su nueva combinación óptima de precio y cantidad de ventas, lo que conduce a los siguientes resultados: En primer lugar, el gobierno aumenta sus ingresos por el aumento del arancel del 10% al 25% en 3.757,5 onzas y la empresa pierde 4.807,5 onzas en beneficios en comparación con lo que habría ganado con el precio más bajo y el arancel del 10%. En segundo lugar, los americanos se las arreglan con 3.000 unidades menos del producto en cuestión y los que aún pueden comprarlo se ven obligados a pagar casi 0,3 onzas más por unidad. En resumen, la empresa extranjera ha perdido más dinero del que el gobierno ha recaudado en concepto de aranceles y el grado y la calidad del suministro de los consumidores americanos ha disminuido sustancialmente. El único beneficiario del aumento del arancel es el gobierno, mientras que todos los demás salen perdiendo.

Examinemos ahora un escenario más típico: la empresa tiene la opción de vender el mismo producto en dos países, México y los Estados Unidos. Además, ambos países tienen un arancel del 10 por ciento y, una vez más, la empresa estima correctamente la demanda agregada de su producto en cada país:

Supongamos además que la oferta máxima se limita a 1.000 unidades. Obsérvese que, en esta zona de precios, siempre es ventajoso para la empresa bajar su precio y aumentar su oferta todo lo posible, por lo que la limitación de la oferta no tiene nada que ver con la denominada fijación de precios monopolística, sino que es una consecuencia necesaria de la escasez. Esta situación se da casi siempre en un mercado libre y sin trabas. Como la empresa tiene un incentivo económico para producir lo máximo posible, produce las 1.000 unidades. La distribución que maximiza los beneficios entre México y los EEUU —como puede verse en el siguiente gráfico— es aquella en la que 600 unidades se venden en México a un precio unitario de 5,6 onzas, lo que supone 336 onzas de aranceles, y 400 se venden en los EEUU a 5,5 onzas, lo que supone 220 onzas de aranceles. Esta distribución genera unos lucros de 3.004 oz. para la empresa.

Supongamos ahora que los EEUU eleva su arancel del 10% al 25%. La nueva distribución, que maximiza los lucros de la empresa, consiste en reducir su oferta en los EEUU de 400 a 100 unidades y aumentar el precio para los americanos en 0,2 onzas, al tiempo que aumenta la oferta en México de 600 a 900 unidades y reduce el precio en 0,2 onzas. En esta configuración, los beneficios de la empresa son sólo de 2.801,5 onzas, pero, lo que es revelador, los aranceles pagados a los EEUU han descendido a 142,5 onzas, mientras que los aranceles pagados al gobierno mexicano han aumentado a 486 onzas.

En resumen, en el primer ejemplo, suponíamos que la empresa sólo podía vender su producto en los EEUU y no tenía ningún incentivo para ampliar la producción y, posteriormente, vimos que el aumento del arancel duplicaba el pago de ingresos del gobierno, reducía a la mitad los beneficios de la empresa, reducía la oferta para los consumidores en una cuarta parte y aumentaba sus precios en una décima parte. En el segundo caso, suponíamos que la empresa tenía todos los incentivos para aumentar la oferta y era libre de vender su producto en otro país que no subiera su arancel. En ese caso, el aumento del arancel americano redujo los beneficios de la empresa en una cuarta parte, pero también redujo los ingresos del gobierno de EEUU en un tercio y aumentó los de México en casi la mitad.

También reduce la oferta del bien a EEUU en tres cuartas partes, aumenta la de México a la mitad, al tiempo que aumenta el precio del primero y disminuye el del segundo en una veinticincoava parte cada uno. Dado que en el mundo real las empresas tienen la opción de vender a varios países, es importante señalar la consecuencia imprevista de que un aumento de los aranceles americanos bien puede aumentar los ingresos de otros gobiernos y reducir los del primero, todo ello beneficiando sustancialmente a los consumidores extranjeros y perjudicando a los americanos.

image/svg+xml
Image Source: Adobe Stock
Note: The views expressed on Mises.org are not necessarily those of the Mises Institute.
What is the Mises Institute?

The Mises Institute is a non-profit organization that exists to promote teaching and research in the Austrian School of economics, individual freedom, honest history, and international peace, in the tradition of Ludwig von Mises and Murray N. Rothbard. 

Non-political, non-partisan, and non-PC, we advocate a radical shift in the intellectual climate, away from statism and toward a private property order. We believe that our foundational ideas are of permanent value, and oppose all efforts at compromise, sellout, and amalgamation of these ideas with fashionable political, cultural, and social doctrines inimical to their spirit.

Become a Member
Mises Institute
OSZAR »